Hoy publicamos una entrada de MediPiratas dedicada a los vientos del Mediterráneo, en la que hablamos de los nombres que reciben según su intensidad. Atentos porque esta entrada tiene mucha utilidad. Incluso diaria, si somos de los que ven el tiempo después de comer.
Os traemos aquí una entrada original de Penol a Penol, publicada el 25 de octubre de 2015 por Francisco Cabezos. Es la primera parte, pronto os traeremos la segunda, aunque la podeis consultar ya en su blog
Sería imposible pensar en la guerra naval durante la Edad Moderna sin tener en cuenta el camino que lleva a ella, a su desarrollo durante décadas. Por ello debemos contextualizar las circunstancias de un momento concreto, puesto que estas pueden cambiar desde los grandes esquemas mentales a los objetos más insignificantes a lo largo de la Historia. El ámbito de la guerra en el mar no escapa a esa realidad, siendo esta la razón por la que pretendemos abrir los estudios de guerra naval en la Edad Moderna con una breve contextualización sobre cómo esa entrada en la modernidad da pie, de cara al siglo XVI, a toda una nueva concepción de la guerra, los océanos, la tecnología naval, etc., en un momento de cambio tan importante como es el paso, en términos de protagonismo, del Mediterráneo al Atlántico.
Comenzando así con esta primera parte, hemos de ver como la apertura oceánica del hombre europeo le permite cambiar la estrategia sobre el mar, generando nuevos escenarios, objetivos y medios con los que desarrollar las pugnas que marcaron tanto el siglo XVI como el resto de la Edad Moderna.
La vida de las poblaciones inuit del Ártico americano gira en gran medida en torno al mar, ya que es su principal fuente de subsistencia. Esto hace que el transporte y la capacidad de movilidad por mar sea determinante para las formas de vida tradicionales, ya sea con desplazamientos navegando o sobre la banquisa helada invernal.
Seguro que más de una vez has utilizado o te has preguntado qué es aquello de tramontana, lebeche o gregal. Hoy queremos aproximarnos a los nombres de las corrientes que forman la rosa de los vientos Mediterránea, así que en lugar de tratar los 32 rumbos que la componen, nos fijaremos en los ocho vientos más característicos. Pero nos gusta empezar por el principio, así que coge un vaso de algo fresquito- que ya va haciendo calor- y veamos detenidamente qué es un viento: