Son bastante conocidas las poblaciones inuit del Ártico americano, muchas veces bajo el nombre de esquimales. Para ellos el mar es tremendamente importante en sus formas de vida, pues muchas veces es su principal fuente de recursos. Esto hace que también juegue un papel fundamental en sus construcciones cosmológicas y mitológicas.

Por ello, uno de los personajes míticos más importantes es Sedna (“La joven que no se quiere casar”), la «diosa», o mejor dicho, potencia espiritual, del mar y madre de los animales marinos. Este personaje aparece en prácticamente toda la región ártica, aunque en ocasiones recibe otros nombres como Imaqukûa (“Madre del Mar”) o Takánakupsâluk (“Mujer de las profundidades”). Es el manantial y matriz de la vida universal, pues es de los animales que ella genera y controla de los que se puede alimentar la vida humana.

En la isla de Baffin se cuenta una leyenda en la cual Sedna era una bella joven que vivía con su padre y tenía muchos pretendientes, sin aceptar a ninguno de ellos. No obstante, un día decidió aceptar a una gaviota del país de las aves, pues prometía una cómoda y apacible vida en una tienda de pieles. Pero resultó que todas sus promesas eran embustes, pues todo eran incomodidades y las pieles de la tienda eran de pescado.

 Al poco tiempo su padre fue a visitarla y ante el agravio decidió sacarla de allí, para lo que tuvo que matar a la gaviota antes de llevársela en su embarcación. El resto de aves se enfurecieron y los persiguieron, provocando una tormenta. En ese momento el padre cambió de opinión y decidió entregarla arrojándola por la borda, sin embargo, ella se aferró al bote con ambas manos. Para deshacerse de ella, él golpeó con el remo hasta cortarle las falanges, que cayeron al agua y de ellas salieron las ballenas blancas o belugas, pero aún así seguía agarrada. Entonces cortó la segunda articulación y esta vez nacieron de ellas las focas, pero ni siquiera así logró que se soltase. No obstante las aves pensaron que Sedna había muerto, por lo que se marcharon y la tormenta amainó, así que el padre subió a la joven de nuevo al bote, aunque ella ya lo odiaba profundamente.

Cuando llegaron a tierra la joven hizo que sus perros devorasen las manos y los pies de su padre. Al instante, la tierra se abrió y ambos cayeron a las profundidades (adlivan), donde habitan desde entonces, con ella al mando. Otras veces se considera que ella desciende en soledad, aunque su padre la sigue al poco tiempo arrepentido por sus actos.

También existen otras versiones similares en las que la bella joven transitaba los mares en un umiak o bote colectivo -otro día hablaremos de los tipos de embarcación inuit- y una tormenta les sorprendió. Esto hizo que el resto de compañeros tratasen de echarla por la borda para calmar a los elementos y poder salvarse, con resultado similar a la historia anterior, pues de sus dedos nacieron los animales marinos. En este caso, ella se dejó caer a las profundidades marinas, desde donde cuida y gobierna a los animales.

Normalmente los inuit habrían considerado que las faltas y rupturas de tabúes por parte de los humanos enfadarían a Sedna, por lo que retiene a los animales marinos en las profundidades acuosas, haciendo que escasee la caza y el alimento. El enfado se debería a que las faltas manchan sus cabellos, los cuales no se puede peinar por las mutilaciones en sus dedos. Por todo esto, cuando el chamán desea propiciar la caza, debe descender a las profundidades para peinar los cabellos de la Madre de las Bestias Marinas, reconciliándola con la humanidad para que libere a los animales. Sin embargo, hay veces que además de peinarla debe enfrentarse a ella por la fuerza, hasta que se calme y ceda. Las faltas que más ofenderían a este espíritu o inua, dicho en lengua autóctoma, serían los relacionados con la reproducción y el mal tratamiento a los animales marinos cazados.

Por otro lado, aunque este personaje nos resulte especialmente interesante por carácter marítimo, en algunas zonas de Alaska existe un paralelo antitético, Numan-Shua (“Dueña de la Tierra”), que vive en lo más profundo del bosque y es dueña de los animales terrestres. En zonas de interior, pero más orientales, aparece otra mujer llamada Pinga, madre de los hombres y animales, que vigila el cumplimiento de tabúes, castiga a los infractores y retiene la cada. Otras veces, con funciones muy similares a las de Sedna, aparece Tugtu Igtiat, que además es madre de los caribúes.

En cualquier caso, esta entidad protectora de la caza y por ello responsable de la subsistencia muestra la enorme importancia que tiene el mar en la forma de vida inuit, hasta el punto de manifestarse como uno de los personajes míticos más importantes de su cosmología. Más adelante volveremos a hablar sobre esta interesante cultura, así que permaneced atentos.

Por Carlos Moral García

Bibliografía utilizada:

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<Consulta personal a Francesc Bailón Trueba>